Luyanó
Childhood is a place as well as a time. May Sarton.
Mi lugar y tiempo en
Luyanó Luyanó fue mi lugar, en el tiempo de mi niñez, adolescencia y comienzos de mis años de adulto. Yo fuí feliz en Luyanó en todo ese tiempo, excepto por el fallecimiento de mi padre cuando yo tenía nueve años.
Mi padre vino a Cuba como
muchos otros españoles, cuando él tenía menos de veinte años. El nació en
Baleira, una aldea en la provincia de Lugo , en Galicia ,
España. Al llegar a Cuba , lo
internaron en Tiscornia, un lugar al borde del Puerto de La Habana, que era donde
retenían a personas que llegaban sin documentos legales, y sin tener alguna
persona que se hiciera respondable por ellos.
Salió por gestiones de otros
gallegos. Comenzó a trabajar dando pico y pala en las reparaciones de vías de
ferrocarril. De ahí pasó a trabajar en la construcción: peón, medio cuchara y
albañil. No se cómo, comenzó a hacer
trabajos de construcción por su cuenta y desarrolló un negocio de contratista.
Los planos se los firmaba el arquitecto Antonio Paz, professor de matemáticas
en el Instituto de La Habana. Fué exitoso y fabricó numerosas casas y
edificios, muchos de ellos en Luyanó.
Recuerdo historias contadas por mi
madre, hija de isleño (Islas Canarias) y cubana. Ella era huérfana de madre y
vivía con una tía y una prima en la calle Reglita (una sóla cuadra) en Luyanó.
Allí conoció a mi padre y se casaron. Fueron a vivir a una casa arrendada.
Tenían de vecinos, al lado, una familia de apellido López, con las que se
inició una amistad que mis hermanas y yo
hemos continuado a través de las hijas,
Josefina y Carmita, que viven en Hialeah ,
Florida .
Vacas gordas
Mi padre hizo buen dinero en la
construcción. Construyó una casa de dos planta y otra al lado. Nos mudamos
allí; las otras dos casas las arrendaba. Yo nací en la casa de planta baja,
Pedro Pernas, 48 (después cambió al
número 417.) Recuerdo que un cristal, encima de la puerta de entrada, muestra
sus iniciales GF, y el año, 1925.
Pocos años después, mi padre fabricó otras dos casas y dos apartamentos en
la Avenida Porvenir. Una de ellas para nosotros, con garage y un cuarto y baño
de sirvienta al fondo. Papi compró un auto nuevo marca Marquette, el radio RCA
mas grande en el mercado, contrató una sirvienta, Paz (Pacita,) para que ayudara
a Mami, y trajo una perra policía, Diana. Mis hermanas iban a una escuela
privada de monjas, con servicio de transportación de ida a la escuela y vuelta
a la casa. Todo ello mostraba que era rico en aquellos tiempos.
Vacas flacas
Vino la crisis, comenzando en el 1929, y la construcción se contrajo. Nos
mudamos de nuevo a Pedro Pernas, 48, para alquilar la casa grande en la Avenida
Porvenir. Papí vendió el Marquette , y regaló a
Diana; Pacita permaneció con nosotros, como
si fuera de la familia, sin sueldo. Mis hermanas fueron enviadas a una escuela
privada modesta, cerca de la casa.
Comunidad de Gallegos
Papi era muy activo en asuntos relacionados a la comunidad de gallegos,
contando con una estrecha relación con los directores del Centro Gallego, una
organización sin fines de lucro, que por una módica cuota mensual proveía
servicios medicos, cirugía y medicinas en La Benéfica. Para
mujeres y niños hasta 12 años de edad estaba el hospital Hijas de Galicia, que
con el tiempo fabricó un edificio-balneario en la Playa de Marianao. El Centro
Gallego de La Habana es un amplio edificio que se usaba para actividades
culturales, con fachada ornamentada arquitectónicamente. Hospitales y edificios similares también
fueron fabricados por los asturianos (Centro Asturiano y Clínica Covadonga) y
otros grupos regionales españoles.
Los españoles se organizaban en grupos de personas nacidas en las mismas
aldeas. Papi fué presidente de Juventud de Baleira por un tiempo. Hubieron
discrepancias y un grupo se separó y fundaron la Unión de Baleira; Papi fue su
primer presidente.
Mi padre falleció en el año 1936, a
la edad de 44 años. El último edificio que fabricó fue un almacén de productos
automotrices en la planta baja, y en los
altos , la residencia de Carlos Alonso, que era el
dueño de El Relámpago (autos nuevos y de uso, piezas de repuesto y rastro,) que
quedaba en frente, en la Calzada de Concha. Mi padre fabricó en esa casa de
Carlos Alonso, en el segundo piso, una cancha de "hand-ball," ubicada
al fondo de una amplia terraza.
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